El resultado fué este:
Ahora el tablero es quién mueve pieza,
los oponentes observan atónitos
la venganza, por los mil y dos delitos
que menguaron su castidad… su grandeza.
"Es mi turno, -dijo la Naturaleza-
peones contra energías (gas y circuitos).
Caballo, alfil y tsunamis. Tus gritos
no frenarán el poder de la nobleza."
tu actividad pasiva no da el pego.
Aquí la moneda no es el quilate.
Babilonia, tantos ojos y tan ciego.
Al fin la última jugada, jaque mate.
Mejor jaque climático. Fin del juego.